El joven, Johannes Menge, mira seriamente a la cámara. Pronto iniciará el largo y peligroso viaje hacia el campo de misión que se le ha asignado. En su caso a la Costa de Oro, la actual Ghana, que más tarde será apodada "la tumba del hombre blanco" en la misión. En primer lugar, se le hace un retrato, que permanece en Basilea.
Los primeros misioneros que partieron fueron retratados ya en 1818. La colección de los archivos de la Misión de Basilea comprende unos 200 dibujos de retratos. Entonces surgió un nuevo medio: la fotografía. Por primera vez fue posible realizar retratos de personas con gran realismo. La Misión de Basilea se mantuvo al día e hizo fotografiar a los emigrantes a partir de 1850.
Testimonios de la historia de la fotografía
La colección de retratos de la Misión de Basilea es también una colección sobre el desarrollo de la fotografía desde los primeros tiempos hasta la década de 1950. Son especialmente raros los más de 100 daguerrotipos, la primera forma de fotografía. En este caso, el sujeto se exponía en una placa metálica plateada y se revelaba con mercurio. La imagen era sensible al tacto y debía cubrirse con una placa de vidrio.
La colección de la Misión de Basilea contiene más de 2.000 retratos de misioneros que partieron desde 1818 hasta 1954, cuando se cerró la escuela de la misión. Diez de estos retratos, entre ellos el de Johannes Menge, se mostrarán en la exposición "Nach der Natur. La fotografía suiza del siglo XIX", que ya se expuso en Winterthur.
El comisario Martin Gasser se muestra entusiasmado: "La colección de retratos de la Misión de Basilea es una colección única, no sólo en Suiza, sino incluso en todo el mundo". La exposición podrá visitarse hasta el 3 de julio en el Museo d'arte della Svizzera italiana de Lugano y desde octubre de 2022 hasta enero de 2023 en una versión más reducida en el Museo del Elíseo de Lausana.
Fotos como prueba de rendimiento
Los retratos de los misioneros se colgaron por primera vez en la sala de reuniones del consejo de la Misión de Basilea, donde atrajeron a muchos curiosos. Esto provocó interrupciones en las operaciones administrativas, por lo que cuando se reconstruyó la casa de la misión en 1860, se decidió colocar las fotografías en una pared del nuevo museo de la misión en la planta baja en el futuro.
Los retratos eran un recuerdo de los jóvenes misioneros que se marchaban, pero también un registro de los logros de la misión de Basilea. La fecha de nacimiento, la fecha de entrada en el instituto de misión, la fecha de salida y la zona de misión se anotaron en un paspartú. Más tarde, se añadió la fecha de la muerte. En el caso de Johannes Menge, esto ocurrió en 1852, no un año después de su partida.
Texto: Andrea Rhyn, Misión 21
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