Dos hermanas y sus dos hijos adolescentes pudieron instalarse en habitaciones de la Casa de la Misión de Basilea a principios de marzo. En el hotel "Odelya", gestionado por la Misión de Basilea, encontraste un primer alojamiento.
Esta ayuda concreta es también una expresión del amplio compromiso de los círculos eclesiásticos y los particulares con las personas que huyen de la guerra en Ucrania. Además de la Misión de Basilea, también participa el párroco Daniel Frei, que dirige la oficina parroquial de la iglesia global de Basilea y coordina la ayuda a los refugiados.
En la casa de la misión, Nadia y su hija Anastasia, así como Lesia y su hijo Maksym, también recibieron sus primeras clases de alemán. Ya han aparecido en los medios de comunicación, en el número de mayo del Mensajero de la Iglesia y en el medio online de Basilea bajour.