El 1 de octubre de 2017, los separatistas declararon la independencia de "Ambazonia". Durante las manifestaciones, las fuerzas de seguridad reaccionaron con violencia y al menos 17 personas murieron por disparos. Pero también murieron diez policías y soldados.
La crisis se ha agravado desde entonces, escribe Togho Lumumba Mukong, coordinador de la Misión 21 sobre el terreno, en su informe de situación del 10 de enero de 2018. Todavía es posible viajar a Camerún. Las manifestaciones suelen ser anunciadas, para poder estimar razonablemente las contramedidas y evitar los distritos afectados en Bamenda o Buea.
Para la población, sin embargo, la situación es difícil. Menos del 20% de los niños y jóvenes de las regiones anglófonas han vuelto a la escuela desde el final de la huelga de profesores. Continúan las detenciones arbitrarias por parte de las autoridades. Además, no hay mediación política a la vista. La iglesia asociada a Mission 21, la Presbyterian Church PCC, tampoco es tomada en serio como mediadora.
El 6 de enero se detuvo en Nigeria a dirigentes separatistas cameruneses, que continúan detenidos. No está claro si el presidente de Camerún, Paul Biya, y su gobierno están implicados. En cualquier caso, recientemente han amenazado a los críticos del régimen con duras contramedidas.
Texto: Christoph Rácz, Foto: Miriam Glass