El compromiso con la justicia de género es una parte fundamental del trabajo de los proyectos de Mission 21. Un elemento que hace visible el compromiso conjunto con la justicia de género es la campaña "Yo camino con...": con ella, Mission 21 muestra su solidaridad con importantes actores femeninos de los países socios, los acompaña durante un año y pone el foco en sus logros en la lucha por la justicia de género. Cada año, "i walk with..." pone de relieve el compromiso de una mujer diferente y refuerza así la red intercontinental de nuestros socios: el año pasado, Suzan Mark, de Nigeria, entregó simbólicamente la camiseta azul a Obertina Johanis, de Indonesia, que este año la ha pasado a Ebed Grijalva Yauri, de Perú. "Estamos poniendo el foco en la violencia contra las mujeres y el infanticidio femenino", dijo Ebed Grijalva Yauri. "Con "i walk with..." sensibilizamos a la opinión pública sobre este importante problema y mostramos a las mujeres afectadas que no están solas".
La presentación de la camiseta tuvo lugar durante la Preconferencia de la Mujer. Las delegadas y coordinadoras de las mujeres de África, Asia, América Latina y Europa informaron sobre los temas y desafíos más candentes. Los "temas candentes" se definieron como el feminicidio, la discriminación y la violencia de género, el tráfico de mujeres y seres humanos, y el fundamentalismo religioso. Finalmente, los delegados redactaron un mensaje oficial conjunto para el Sínodo, que contiene las principales preocupaciones de los cuatro continentes, así como propuestas concretas para la lucha contra la persistente desigualdad.
El cuerpo stienen un precio
La tarde del miércoles de la semana sinodal se dedicó al teatro por los derechos humanos: Liviana Bath y Jana Burger, experimentadas multiplicadoras del colectivo feminista Madalena Berlín, acudieron al evento. Celebraron un taller basado en los métodos del Teatro del Oprimido. Por una vez, los invitados y los delegados pudieron abordar los urgentes desafíos a los que se enfrentan las mujeres de una manera completamente diferente.
La respuesta al evento fue muy positiva: "Este método me convenció", dice Halim Pratama, de Indonesia, coordinador de jóvenes de Asia de Mission 21. "Trabajamos más con el cuerpo que con la cabeza, lo que nos permitió tratar los temas de una manera nueva". Ebed Grijalva Yauri, de Perú, también está entusiasmada: "Creo que el Teatro del Oprimido tiene un gran potencial para trabajar con las comunidades de mujeres indígenas. Debido a su bajo nivel de educación, estas mujeres no suelen tener el vocabulario necesario para expresar sus experiencias de violencia e injusticia. Por eso es importante el enfoque físico".
El evento también contó con la presencia de expertos, entre ellos Elaine Neuenfeldt, Directora del Programa de Justicia de Género de ACT Alliance, que terminó la jornada con un apasionado alegato a favor de la "santa ira": "La ira tiene mala reputación, rara vez oímos hablar de su rectitud y justicia. Sin embargo, Jesús también se enfadó cuando expulsó a los mercaderes del templo de Jerusalén. Y si Jesús puede enfadarse, nosotros también. Cultivemos y utilicemos esa santa ira para transformar la sociedad".
Mara Wirthlin, Catalina Schriber
