Mariam Galahenga dice: "La situación es mala. Nuestro ganado sufre, nosotros sufrimos, no hay hierba ni agua". Vive en el distrito de Mbarali, en el suroeste de Tanzania. La sequía está afectando a personas y animales. Mariam Galahenga tiene grandes esperanzas en el cultivo de árboles de neem y moringa. Se supone que mejoran el clima y proporcionan sombra.
El cultivo de los árboles forma parte de una Proyectoque Mission 21 lleva a cabo en cooperación con la iglesia local asociada, la "Iglesia morava en Tanzania. Todavía está en las primeras etapas, con plantaciones que se adelantan en la fase actual del proyecto, de 2022 a 2025.
En el distrito de Mbarali, el 83% de la población trabaja en la agricultura, incluida Mariam Galahenga. Sin embargo, las familias agricultoras tienen problemas: Los bosques han sido talados para ganar terreno. Esto conduce a la desertificación en la región ya seca. Al disminuir la fertilidad, los agricultores utilizan más productos químicos agrícolas, lo que contamina el suelo. Los problemas medioambientales ponen en peligro la vida de la población porque el agua escasea y las cosechas son malas.
Mejora del microclima
Mariam Galahenga también lo sufre, pero hasta ahora ha tenido pocas oportunidades de hacer algo al respecto. Forma parte del 44% de la población del distrito que no sabe leer ni escribir. El ingreso medio diario es de unos 50 céntimos.
El cultivo de los árboles de neem y moringa aborda los desafíos en varios niveles. Ambos árboles prosperan en el clima cálido y seco. Las plantaciones contrarrestan los progresivos problemas medioambientales. Detienen la erosión del suelo y ayudan a reconstruir la capa freática. Se dice que la sombra y la refrigeración mejoran el microclima.
Los componentes de los árboles pueden transformarse en productos para la agricultura y la ganadería. Los beneficiarios se benefician del consumo directo de las plantas de moringa y de la utilización y venta de diversos productos elaborados con los árboles. Por último, pero no por ello menos importante, el proyecto medioambiental es también un proyecto de promoción de la justicia de género: las mujeres, que tienen menos acceso a la educación y al mercado laboral en Tanzania, se encargan de la gestión del proyecto y reciben educación y formación en agroforestería.
Texto: Miriam Glass, Misión 21
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