En su discurso de apertura, el abogado Konrad Sahlfeld subrayó que la neutralidad religiosa y la tolerancia por parte del Estado no significan desinterés y separación total. Se trata más bien de reconocer y apoyar a las distintas religiones en su labor en favor de la sociedad. El discurso fue seguido por una mesa redonda interreligiosa que retomó esta tesis y dibujó una imagen positiva de la cooperación entre el Estado y las comunidades religiosas en Basilea. Según el rabino Moshe Baumel, de la Comunidad Israelita de Basilea, cuestiones individuales como el entierro, la gestión de las vacaciones o las clases de natación podrían resolverse de forma constructiva.
Es útil explicar más y prescribir menos, dice la concejala de Liestal Marie-Theres Beeler. Lo importante no era el apretón de manos en sí, sino mostrar respeto, y había otras formas de hacerlo. La ex jueza federal Vera Rottenberg Liatowitsch abogó por permitir una mayor diversidad y elegir el pluralismo religioso en lugar del laicismo como principio rector. Mustafa Atici, miembro del parlamento de la ciudad de Basilea, también hizo un resumen positivo del reconocimiento estatal de los alevíes. Expresa su agradecimiento y al mismo tiempo les obliga a declararse públicamente a través del informe de rendición de cuentas. Más diálogo y educación: el panel moderado por Antonia Moser (Radio SRF) se vio bien reflejado en este voto de Mazen Abdel-Rahman, de la Fundación Cultural Islámica de Basilea.
La música de Michael Heitzler (clarinete), Christian Gutfleisch (piano) y Ulaş Nesil (saz) dio una nota de optimismo a la velada. El acto fue organizado por un grupo de trabajo interreligioso en el que también estuvo representada Mission 21.
Texto: Detlef Lienau, Misión 21