Hong Kong es una ciudad de dimensiones increíbles: En un área del tamaño del cantón de Uri viven unos 7,5 millones de personas, casi tantas como en toda Suiza. ¿Cómo puede uno orientarse en una metrópolis así? Para Sereina Camenisch, fue menos difícil de lo que uno podría imaginar. "Aunque la ciudad es muy agitada y está repleta de gente, me adapté muy rápidamente. Intenté venir a Hong Kong sin grandes expectativas y dejarme llevar", explica. El estupendo piso compartido en el que vive Sereina con dos compañeros de piso y el hecho de que el equipo de su lugar de trabajo sea como una pequeña familia también le ayudaron a adaptarse.
El "Centro para Refugiados" es un proyecto de "Acción Cristiana", organización asociada a Mission 21. Se centra en el apoyo jurídico, psicológico y médico a los refugiados y solicitantes de asilo. Además, se ofrece un amplio programa educativo. El centro, donde estas personas reciben, entre otras cosas, comidas calientes y ropa, está situado en medio de uno de los imponentes cañones urbanos de Hong Kong. Sereina siempre va andando a la oficina. El primer punto de su agenda tras llegar es el desayuno para los clientes, tras el cual tiene tiempo para el trabajo administrativo. "Mi principal tarea es asesorar y apoyar a los inmigrantes. Les informo sobre el proceso de asilo en Hong Kong, les acompaño a las citas y realizo entrevistas de admisión con los recién llegados".
En todas estas actividades, Sereina siempre puede recurrir a sus estudios y experiencias de prácticas. "Estudié trabajo social en Zúrich, donde aprendí mucho sobre la conducción de conversaciones, que ahora puedo aprovechar aquí. También hice unas prácticas en un centro de acogida de mujeres en Suiza y ya adquirí una valiosa experiencia en el tratamiento de diferentes problemas." Lo que más le gusta de su trabajo es el contacto con la gente y la espontaneidad que requieren las diversas áreas de actividad: nunca se sabe exactamente lo que puede ocurrir en el transcurso de la jornada laboral.
Siempre hay historias que Sereina recordará durante mucho tiempo. Por ejemplo, una mujer del centro le dijo: "Tengo muchas ganas de tener un documento de identidad real en la mano en algún momento del futuro y así poder decidir libremente si quiero salir de un país o no". Los procesos de toma de decisiones en el Departamento de Migración de Hong Kong suelen ser muy largos. Como resultado, pueden pasar meses o incluso años antes de que los solicitantes de asilo sepan finalmente si su estancia será legalizada o no.
Sereina tiene tiempo para visitar el gimnasio o las sesiones de yoga de los martes después del trabajo a las 18:00. El fin de semana, suele alejarse del bullicio de la ciudad. "Prefiero pasar mi tiempo libre en algún lugar verde. Ya sea para una excursión por las montañas de los alrededores con amigos o para un día de relax en una de las muchas playas". Hong Kong es increíblemente diverso, y eso le gusta a la mujer de Graubünden. "Hay una enorme oferta de actividades de ocio. Nunca te aburres en esta ciudad, hay algo para todos".
Lo que más echaba de menos Sereina en la ciudad subtropical junto al mar era la nieve. "Fue la primera vez que pasé un invierno entero en el extranjero. Y, por supuesto, este mismo invierno ha sido el más nevado de los últimos años...", se queja con un brillo en los ojos. Por supuesto, también echaba de menos a su familia y amigos en Suiza, pero en tiempos de WhatsApp y Skype, el mundo se ha acercado mucho en ese sentido. Sereina espera ahora con ilusión el tiempo que le queda en Hong Kong. Seguramente habrá muchos más recuerdos y experiencias que se llevará con gusto a Suiza en otoño.
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