Sudán del Sur, el segundo país más pobre del mundo, se encuentra en estado de emergencia. El país se encuentra en un frágil proceso de paz y se recupera lentamente de los devastadores años de guerra civil. El 22 de febrero de 2020, tras un largo retraso, se formó finalmente un gobierno de unidad. Ahora el país se enfrenta a un largo y difícil proceso de reconciliación y tiene que lidiar con la crisis de Corona al mismo tiempo.
A principios de junio, algunos medios de comunicación informaron de que importantes miembros del gobierno se habían infectado con el virus corona. Un ministro llegó a morir a causa de la enfermedad. Los actores políticos están interesados en asegurarse el poder y la autoridad, por lo que se niega rotundamente la existencia del virus para aumentar las posibilidades de reelección. Las cifras oficiales del Ministerio de Sanidad del 8 de junio registraban 1606 personas infectadas y 20 personas fallecidas por Covid-19. Todavía faltan estructuras para responder a la crisis a muchos niveles, especialmente los municipales. Un grupo de trabajo del gobierno sobre la situación de Corona con 15 políticos de alto rango tuvo que dimitir al poco tiempo porque todos ellos dieron positivo en el nuevo virus.
Falta de liderazgo y amenaza de hambruna
La confianza de la gente en el gobierno es escasa, porque no hay medidas suficientes contra el virus y la gente sufre la falta de instalaciones sanitarias y una situación económica desoladora. Sin embargo, la amenaza de la hambruna es una preocupación mucho mayor que la de Covid-19 para la población mayoritariamente joven de Sudán del Sur. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU teme que otros 3 millones de personas en Sudán del Sur se vean abocadas al borde de la inanición para finales de 2020. Incluso antes de la crisis de Corona, seis millones de personas en el país sufrían de inseguridad alimentaria y 20.000 de hambre extrema.
Incluso un cierre de un mes ha contribuido a un agravamiento de esta situación de hambre. Más de 80% de personas trabajan en el sector informal y tienen menos de un dólar al día para vivir. Durante el cierre, estas oportunidades de ganar dinero se han desplomado. El hambre en el país es generalizada. La mayoría de la gente apenas puede permitirse una comida al día. Las fronteras cerradas también tienen la culpa de que los precios de los alimentos se hayan disparado, ya que se importan muchos alimentos.
Acciones de solidaridad e iniciativas civiles
En esta difícil situación, cada vez más jóvenes han unido sus fuerzas para luchar contra la propagación del virus. Nuestras organizaciones asociadas, la Iglesia Presbiteriana (PCOSS), la Federación de Iglesias de Sudán del Sur (SSCC) y la organización de desarrollo PRDA, han lanzado campañas de concienciación contra la propagación del coronavirus con la ayuda de Mission 21. Apoyan a las comunidades con medidas de ayuda a la supervivencia aguda, como alimentos o material de protección e higiene.
Debido a la crítica situación en Sudán del Sur, Mission 21 y sus socios han desarrollado el apoyo sobre el terreno en una importante ayuda de emergencia. La sufrida población sursudanesa necesita urgentemente esta ayuda vital.
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