Lumumba Mukong comienza su charla en la Casa de la Misión con una señal positiva. Subraya que tiene la esperanza de que el conflicto armado en Camerún llegue a su fin. Aunque no lo parezca en este momento. Los separatistas armados, que llevan tres años reclamando la independencia del oeste anglófono de Camerún, y el gobierno del este francófono del país, insisten en sus posiciones. La población sufre los actos de violencia cometidos por ambos bandos, los soldados del gobierno y los separatistas.
Más de medio millón de refugiados en su propio país
Lumumba Mukong explica a la pequeña pero interesada audiencia de la sala de conferencias de la Misión 21 lo difícil que es la situación para la población civil. Las últimas estimaciones de la ONU sitúan el número de refugiados en su propio país en más de 530.000. Además, hay varias decenas de miles de personas que han huido a través de la frontera, principalmente a Nigeria. Los habitantes de los bosques apenas tienen comida, sufren problemas médicos y malas condiciones higiénicas, explica el coordinador del país para Camerún.
Las personas que han permanecido en los pueblos y ciudades siguen luchando con los problemas cotidianos. Desde hace tres años, casi no hay educación escolar. El 90% de las escuelas han sido cerradas a la fuerza, bajo la presión de los separatistas. La situación del suministro es mala porque muchas plantaciones también han sido destruidas: "Tuve que tragarme las lágrimas cuando vi los restos carbonizados de una plantación de plátanos que solía crecer exuberantemente", dice Lumumba Mukong.
Ayuda de emergencia para 30.000 personas - también gracias a las iglesias asociadas
Con el objetivo de ayudar al mayor número posible de desplazados, Mission 21 lanzó el año pasado un programa de ayuda de emergencia y reconstrucción. Desde entonces, más de 30.000 personas han recibido alimentos, medicamentos, agua potable y artículos de higiene.
El apoyo se presta junto con los socios locales. Colaboran las iglesias presbiteriana (PCC) y baptista (CBC), varias organizaciones no gubernamentales, así como la ONU y la Cruz Roja Internacional. Especialmente los voluntarios de las iglesias asociadas a Mission 21 también se arriesgan. Cuando llevan alimentos y mercancías a las regiones desplazadas, se exponen al riesgo de ser atacados por hombres armados de ambos campos.
Sensibilización sobre el conflicto y la necesidad
Para Lumumba Mukong, el hecho de que por fin se conozca mejor la violencia que se está produciendo en Camerún es importante. Durante demasiado tiempo, el público mundial apenas ha oído hablar de este conflicto. Mukong lamenta que la cobertura de los medios de comunicación siga siendo demasiado escasa, incluso en Europa. Su visita a Basilea debería contribuir también a llamar la atención de un público más amplio sobre el sufrimiento de la población de Camerún.
Sin embargo, en primer lugar es importante llevar el apoyo que se necesita urgentemente a las personas sobre el terreno. Mission 21 y sus socios han podido llegar hasta ahora a 30.000 personas sobre el terreno. Pero aún más gente necesitaría ayuda.
Texto: Christoph Rácz, Foto: Miriam Glass
► Información sobre nuestro proyecto de ayuda de emergencia en Camerún
"¿No hay guerra en Camerún?" fue el título de otro acto sobre el tema en la Heiliggeistkirche de Berna el 12 de junio. El abogado Dr. Nkongho Felix Agbor-Balla, del "Consorcio de la Sociedad Civil Anglófona" (CACSC), y el coordinador nacional de la Misión 21, Lumumba Mukong, hablaron de la situación actual de las regiones anglófonas de Camerún. Gregory Mattis, del Ministerio de Asuntos Exteriores suizo, aportó la perspectiva de la política exterior suiza al tema.
► Informe detallado sobre el acto "¿No hay guerra en Camerún?"