La jornada de información y reunión de este año se centró en Sudán del Sur. Dorina y Mathias Waldmeyer, dos antiguos miembros del personal internacional de Mission 21,⃰ ofrecieron impresionantes relatos de su misión en Sudán del Sur. En el país existe un violento conflicto entre los dos grupos étnicos más importantes, los dinka y los nuer.
La población sufre la guerra civil en curso, que también ha empeorado drásticamente la situación alimentaria en el joven país. Aproximadamente la mitad de la población (seis millones de personas) padece hambre. Los agricultores no pueden cultivar sus campos debido a la constante amenaza del conflicto armado y los niños no pueden ir a la escuela.
Toda la infraestructura es inexistente o está en muy mal estado en muchos lugares. Mission 21 y sus socios no pierden la esperanza. De la mano, están construyendo la paz ladrillo a ladrillo. Dorina y Mathias Waldmeyer nos cuentan cómo es posible en estas circunstancias, basándose en el trabajo de Mission 21 y sus socios sobre el terreno.
Las iglesias desempeñan un papel importante en este sentido, al igual que los socios de Mission 21. Dependiendo de su tamaño, las iglesias reúnen a feligreses de los grupos étnicos más diversos del país. Así que los nuer y los dinkas también rezan, cantan y bailan juntos en los servicios religiosos. Aunque las propias iglesias son víctimas de los saqueos y la destrucción, los socios de Mission 21 realizan una labor de trauma y reconciliación allí donde pueden. Las iglesias siguen siendo importantes instituciones interétnicas en el país como portadoras de esperanza y proveedoras de consuelo. También actúan regularmente como mediadores a nivel nacional.
Probablemente, para muchos de los participantes en la jornada de información y encuentro, son precisamente estas visiones tan personales y cercanas del trabajo de Mission 21 las que permanecen y hacen tangible el sufrimiento y la esperanza de los socios de Mission 21 en estas zonas de crisis.